Los barones territoriales piden la dimisión de Luis Rubiales | Fútbol | Deportes

Uno de los carteles que se vieron este lunes en el centro de Madrid.ISABEL INFANTES (REUTERS)

Mientras cientos de personas protestaban en la madrileña plaza de Callao para apoyar a Jenni Hermoso, Pedro Rocha, presidente interino de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), y los 18 barones territoriales debatían sobre cómo desmarcarse de la gestión de Luis Rubiales, el presidente ahora suspendido por la FIFA. Tras una reunión de cinco horas, acordaron emitir un comunicado en el que solicitan de manera unánime la dimisión del máximo mandatario del fútbol español. Una respuesta tibia, pues tienen capacidad para promover una moción de censura que contaba con algunos partidarios entre los presentes. Un gesto que sí hubiera obedecido a las demandas publicas del Gobierno, que esperaba que los poderes territoriales rompieran el cordón umbilical con el dirigente granadino. Especialmente después de que el viernes gritara hasta en cinco ocasiones: “No voy a dimitir”. También, en su día, los barones pidieron la dimisión de Ángel María Villar, que se negó para articular su defensa desde dentro del sistema.

La decisión de Rocha y los presidentes de las territoriales se conoció por la noche, tras una jornada en la que cientos de personas se congregaron en el centro de Madrid —unas 5.000, según los organizadores—. Lo hicieron movidas por el beso no consentido que le plantó el presidente de la federación a la jugadora Jenni Hermoso. “Jenni, hermana, aquí está tu manada” o “no es un pico, es una agresión”, cantaban a voz en grito en las calles de la capital.

La FIFA ya suspendió a Rubiales. Pero las instituciones españoles van más lentas: la convocatoria de la Comisión 8M movilizó a muchas madrileñas y madrileños al tiempo que se esperaba una respuesta contundente desde la federación que no fue tal. Tampoco la justicia deportiva termina de arrancar. El Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), según Iusport, pidió este lunes al Consejo Superior de Deportes (CSD) más documentación para pronunciarse, lo que retrasará la suspensión por parte del CSD, dependiente del Gobierno. Su presidente, Víctor Francos, subrayó en una comparecencia ante la prensa que la dimisión debió llegar el pasado viernes.

La presión no deja de crecer para Rubiales: la Fiscalía ha abierto una investigación contra el presidente de la federación por agresión sexual, y los grandes periódicos internacionales, desde The New York Times a The Guardian, siguen mostrando un enorme interés por el caso, una repercusión internacional que puede hacer mella en la marca España y en el objetivo del Gobierno de organizar el Mundial de 2030 junto a Portugal y Marruecos. El periplo de Rubiales en la justicia va para largo, pero el debate sigue incendiando las redes, y ayer se trasladó a las calles —con manifestaciones también en otras ciudades, además de una concentración en Motril a favor de Rubiales—, e incluso dejó sucesos como la huelga de hambre de la madre del presidente, recluida ante la expectación de las televisiones en una iglesia de su ciudad natal.

Reestructuración interna

En medio de todo este lío, la federación debatió en una larga asamblea un eventual cambio de rumbo tras la salida de Rubiales; los barones, además, aprobaron suspender el sueldo del presidente y no financiarle la defensa con abogados a cargo de la federación. Francos, el jefe del CSD, había llamado a la acción unas horas antes a Pedro Rocha, el sustituto provisional de Rubiales, y a los presidentes territoriales: les conminó a que no dieran “otro espectáculo”, dijo en referencia al discurso agresivo de Rubiales el pasado viernes ante los 140 asambleístas que le aplaudieron casi al unísono. Lejos de retractarse, se atrincheró en Las Rozas hasta el revés de la FIFA.

El comunicado ofrecido este lunes por Rocha y sus barones, además de pedir la dimisión de Rubiales, apuntaba a una restructuración en los puestos estratégicos de la RFEF, sin dar detalles, por más que algunas voces asuman que se debe revisar el contrato del seleccionador femenino, Jorge Vilda, además de romper la relación mercantil con el asesor jurídico, Tomás Gonzáez Cueto. El cese del secretario general, Andreu Camps, también sería bien visto por el CSD. En su afán por mantener el rubialismo, Camps mandó el viernes una carta a la UEFA para que amenazara a través de la FIFA a los clubes españoles y la selección que podían ser excluidos de las competiciones internacionales. Rocha retiró la carta, pero Camps sigue en su puesto pese a su tentativa.

Durante la tarde se reunieron los miembros del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD), que debían admitir a trámite la denuncia remitida por el CSD el viernes contra Rubiales —por los gestos indecorosos en el palco y por el beso no consentido a Hermoso— y abrir expediente. Y aunque se esperaba una respuesta ayer mismo, Francos no obtuvo la contestación que esperaba. Lejos de resolver, el TAD se remitió de vuelta al CSD, al que solicitó más documentación para afinar muy bien con la redacción de dicho expediente. Las dudas del TAD frenan, por el momento, la suspensión provisional de Rubiales por parte del Consejo, que sigue su camino por más que el hasta ahora máximo mandatario del fútbol español ya esté suspendido por la FIFA desde el pasado sábado. Ahora mismo, las posibilidades más reales de que Rubiales sea expulsado definitivamente del fútbol pasan por el organismo mundial.

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By James Brown

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